Comentario
Una vez que Napoleón se dio cuenta de que la derrota era inevitable, trató de negociar con Fernando VII los términos de la paz, sobre todo porque temía por la suerte de las tropas que todavía tenía acantonadas en la Península. Pero el monarca español, con esa ambigüedad que le caracterizaba y de la que ya había dado cumplidas muestras, trató de evitar la firma de cualquier documento. Por su parte, tanto la Regencia como las Cortes habían aprobado un decreto el 1 de enero de 1811 mediante el cual se habían comprometido a no reconocer ninguna decisión del rey hasta tanto éste no se hallase libre y en suelo español. No obstante, después de realizar algunas consultas, Fernando se decidió a firmar un tratado ante la posibilidad de darlo por nulo cuando estuviese en España. El tratado de Valençay se firmó, por tanto, el 11 de diciembre de 1813. Estipulaba la paz entre las dos naciones, y Napoleón reconocía a su prisionero como rey de España y disponía la evacuación de las tropas que quedaban al sur de los Pirineos. Establecía además que el ejército inglés debería abandonar también el territorio español. Con todo, Fernando podía regresar a España como rey.